Como comenté, el disco me parece que está bien, pero también pienso que si lo hubieran sacado tras «Irreligious» se les habría puesto a caldo. El asunto es que tenían el listo muy bajo y la deriva pseudo death melódico – algo indefinible en la que habían entrado les llevaba directitos al olvido. De ahí que sus fans estén encantados con este nuevo álbum.
Ahora, en directo, «gracias» a los años de berridos sin sentido, Fernando se ha convertido en una calamidad en los tonos graves y profundos. Donde antes se salía, ahora ni se le oye.
Coincido en que la mejor es «Domina». Impresionantes guitarras. Ricardo Amorim me parece la estrella de «Extinc»