En Pamplona, se cayeron los Crimes of Passion. Vanderbuyst, para mí prácticamente desconocidos (sólo había escuchado Traci Lords y alguna más), dieron un concierto entretenido, y creando unas armonías muy decentes con solo una guitarra (el tipo llevaba camiseta de The Devil’s Blood por cierto) y un bajo.
Y de Saxon, qué decir. Primera vez que los veo en sala y ahí estuvimos dos horas dándolo todo, tanto ellos como el público (que algunos ya podrían aprenderse algo más que Denim and leather brought us all together! o She was a princess of the niiight!, :guitar:), que abarrotó la sala. Emocionante es la palabra.